Modelos y responsables de la seguridad pública en México

La Constitución declara que todas las entidades gubernamentales, incluidos los niveles federal, estatal y local, son responsables de mantener la seguridad pública. Las violaciones de los derechos humanos deben ser detenidas, investigadas, sancionadas y corregidas por el Estado. ¿Cuál es su objetivo principal? Mantener el orden público y proteger la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas.

El gobierno se apoya en políticas y programas fiscales insuficientes para llevar a cabo estos objetivos. En diversos estudios, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) señala que "el gobierno federal no ha tenido una estrategia clara para brindar seguridad a la sociedad", revelando que la mayor parte del presupuesto se destina a la guerra contra la inseguridad (fuerzas armadas), mientras que el presupuesto para la prevención del delito es recortado. Dado que los individuos pueden participar activamente en la mejora de la seguridad de la comunidad a través de medidas preventivas, se ha sugerido la prevención como un área potencial de mejora en el sistema de seguridad pública.

Por otra parte, el modelo de seguridad interior, el modelo de seguridad ciudadana y el modelo de seguridad humana son algunos enfoques de la cuestión de la inseguridad pública. En el primer caso, se reconoce que los factores de riesgo son de naturaleza nacional, lo que hace necesaria la participación de los distintos niveles gubernamentales en la provisión de seguridad. Sin embargo, un fallo flagrante del modelo de seguridad interior es que prioriza el uso de la fuerza sin definir con precisión los riesgos, en lugar de hacer hincapié en los enfoques preventivos. Ahora es vital buscar puntos de vista alternativos en materia de seguridad que apoyen estrategias de prevención de la delincuencia, ya que esto ha conducido a una grave vulneración de los derechos y libertades de los ciudadanos.

El paradigma de la seguridad ciudadana nos anima a considerar la seguridad de una manera que va más allá del uso de la fuerza y la coerción, haciendo hincapié en las medidas preventivas y la cooperación entre los ciudadanos y la policía. Sugiere que los residentes tengan un mayor papel a la hora de cooperar con la policía, compartiendo información sobre lo que ocurre en sus zonas. Sin embargo, la ejecución del plan de seguridad ciudadana sería extremadamente difícil debido a la falta de confianza en las instituciones y a la impresión de corrupción en las distintas instituciones de seguridad, incluidos los diputados, la policía, los tribunales y los magistrados.

El paradigma de la seguridad humana hace hincapié en los peligros y desafíos para la libertad, el bienestar y los derechos humanos, así como en sus causas. En otras palabras, apoya la prevención, pero integra la complejidad de la globalización, ya que evalúa los peligros relacionados con la economía, el medio ambiente, la alimentación y otros factores. El punto clave a tener en cuenta es que tanto el modelo de seguridad humana como el de seguridad ciudadana creen que debe darse más importancia a la prevención y a la participación ciudadana en las políticas de seguridad pública, aunque ambos modelos aún no se hayan desarrollado plenamente. Y es más probable que las medidas locales de seguridad eviten que esto ocurra.